El mundo interior está gobernado por la
mente. Cuando descubrimos este mundo encontramos la solución para cada
problema, la causa para cada efecto; y desde ese mundo interior sujeto a
nuestro control, todas las leyes del poder y la posesión están también bajo
nuestro control.
Cada cosa que encuentres en el mundo
externo ha sido creada por ti en el mundo interno.
Para controlar nuestra vida usamos la
mente consciente, pero es la mente subconsciente la que dictamina nuestros
miedos y controla nuestras emociones, ella tiene la función de protegerte, ella
es la sede del hábito, y si el hábito que aplicas es sano y correcto, te
favorecerá, activando las fuerzas que te llevarán al resultado deseado, ya que
allí está el poder que nos pone en contacto con la Mente Universal.
Es a través del Subconsciente que nos
conectamos con la Mente Universal y entramos en relación con las infinitas
fuerzas constructivas del Universo. Cuando la mente piensa correctamente,
cuando comprende la verdad, cuando los pensamientos enviados al cuerpo son
constructivos, produce sensaciones placenteras permitiéndonos estar en armonía
con la Mente Universal.
Para comunicarnos con nuestra mente
subconsciente primero debes estar atento y ser plenamente consciente, en cada
segundo de tus pensamientos y sentimientos, así como de tu cuerpo,
estando aquí y ahora, buscando la quietud y el silencio. Siempre que entramos
en meditación nuestra mente está dividida en dos partes, la parte que atiende,
la parte atenta y la parte inatenta. Durante la meditación debes contar con
muchos factores si quieres llegar a la quietud y al silencio de tu mente; es
preciso estar atento al desorden que hay dentro de uno mismo, atento a las
contradicciones, a las luchas dualísticas, a los deseos opuestos y a su
irrealidad; necesitamos estudiar el desorden porque solamente así nosotros
podemos establecer el orden.
Cuando nosotros logramos comprender a
fondo lo que hay de inatento en nosotros y estudiar los procedimientos para que
lo inatento se convierta en atento, habremos logrado la quietud y el silencio
de la mente.
Una mente que ve las cosas con total
claridad, sin distorsión alguna, sin prejuicios personales, ha comprendido el
desorden y está libre de él; una mente así es virtuosa, ordenada. Sólo una
mente muy ordenada puede ser sensible e inteligente.
El 90% de nuestra vida mental está
controlada por las ideas, convicciones y condiciones de la mente subconsciente,
alimentándose constantemente de imágenes, palabras y sentimientos.
Cultiva conscientemente pensamientos
constructivos y prográmala usando la fuerza interior con el fin de tener una
mejor vida exterior y colaborar a lograr un mundo mejor.
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